1 mar 2013

El feminismo de teen-Carrie

Cualquiera que me conozca un poco sabrá que yo no soy muy de despreciar una serie por la etiqueta con la que venga de fábrica. No tengo ningún problema en admitir que me lo paso pipa con los dramas teen, por ejemplo, y que me parece un género tan digno como cualquiera (y, además, dentro del propio género hay muchos estilos y series diferentes, con tonos que no tienen nada que ver). Lo que no quita para que últimamente me haya dado cuenta de que poco a poco, y salvo excepciones, cada vez estaba más desencantada con la CW. Ojo, que no es que no sea perfectamente consciente del estilo de la cadena, y no es que realmente tenga nada en contra, pero cada vez me iba dando un poco más de pereza. Excepciones aparte, en las últimas temporadas la CW se ha ido orientando cada vez más hacia un tono que a mí personalmente cada vez me llama menos (que, lo sé, es personal, qué queréis que le haga), y el interés que tenía en ella se fue evaporando con esa progresiva evolución hacia un mundo de seres sobrenaturales, con superpoderes y, sobre todo, de plástico. De plástico muy intenso. Evidentemente, todo esto es algo que tiene sus fans y me parece muy bien, pero en lo que a mí se refiere, pues eso, hace que a cada mes que iba pasando la cadena me fuera dando más y más pereza.

Sin embargo, con The Carrie Diaries tenía esperanza. No miento si digo que era uno de los estrenos que esperaba con más ganas, principalmente porque sobre el papel era justamente lo que yo siempre he disfrutado más de la CW: ese algo muy mamarracho, culebronesco, insustancial y, sobre todo, perfectamente consciente de sí mismo (pero haciendo como que no. O, en cualquier caso, leyéndose así desde fuera) y no avergonzado por ello. Ya, ya sé que no es precisamente lo que cualquiera describiría como un gran producto televisivo, pero para todo tiene que haber espacio, y para mí eso que describo es algo que está bien tener de vez en cuando. Vamos, que esperaba algo muy mamarracho y por eso era uno de los estrenos que más esperaba.

Y cual no sería mi sorpresa cuando el motivo por la que decidí quedármela fue uno muy distinto. Porque lo cierto es que The Carrie Diaries va por un camino muy diferente, tiene un tono muy diferente. Es distinta, principalmente, porque tiene... alma. Por llamarlo de algún modo. Es diferente porque, a pesar de una ambientación un poco de escaparate, no es de plástico. Y, sobre todo, es diferente porque las chicas de la serie (Carrie, Knives Chau a.k.a. Mouse, Rosie Larsen a.k.a. Maggie e incluso Dorrit a.k.a. (y aquí me quedé muerta) la hija de Keri Russell en esa serie con Will Arnett que solo vi yo (es decir, Running Wilde)) y la dinámica entre ellas son algo que echaba en falta en mi pantalla. Suena extraño decirlo a estas alturas, pero la serie tiene a través de ellas un mensaje tan positivamente feminista que resulta muy refrescante, sobre todo porque no es algo que se vea tan a menudo como debería, especialmente en una serie teen. Un tipo de mensaje y un tono que, por cierto, si me preguntan a mí, es muy necesario, con lo que no puedo más que aplaudir a la serie.
Por supuesto que además de todo eso (o a pesar de ello, depende de a quién le preguntes) hay dramas adolescentes, y por supuesto que hay tramas que nos pueden parecer lo mismo de siempre. Pero no lo es. Porque al final del día lo principal de la serie son ellas (Carrie a la cabeza), con sus matices, con sus decisiones, con sus opiniones y con sus puntos de vista. Unos puntos de vista que, por cierto, son bastante distintos, pero al mismo tiempo se combinan perfectamente, porque a ninguna de ellas le falta esa identidad propia que hace que funcionen tan bien, tanto individualmente como todas juntas.

Que, ojo, no quiero decir que el resto no funcione, porque lo hace. El propio Sebastian (que para mí sigue siendo Wilke de Switched at Birth (serie que, por si no ha quedado claro ya, TODOS deberíais ver) reubicado en los años ochenta) es un personaje que encaja bien en todo el conjunto. Y lo mismo puede decirse de Walt, al que vamos viendo únicamente de vez en cuando. O hasta podría decirlo del padre y sus tramas, que a pesar de quedar siempre como poco más que una curiosidad, no resultan tan chirriantes como podría ocurrir.
Realmente lo único que no acaba de funcionar completamente es la trama de NY. Y no por los personajes en sí (de hecho, el exotismo, la novedad, la sensación tan divertida, tan genial y tan triste de estar tan pasadísima de rosca que tiene el personaje de Larissa me parece algo a lo que han sabido muy bien pillarle el punto), sino por ser una situación no solo inverosímil, sino que además recuerda demasiado a Jane by Design.
No estropea, de todos modos, el conjunto, y por eso puedo seguir diciendo que para mí The Carrie Diaries ha sido la sorpresa más agradable de la temporada. Aunque, para mi desolación, sus tristes audiencias (y, por tanto, su dudoso futuro), quieran intentar convencernos de lo contrario.

¡Saludos!

PD: Estoy completamente enamorada de Rosie Larsen. Qué guapísima es esta chica, por favor.
PD2: He decidido retomar la Shameless británica para poder ver la última temporada (que empezó el martes o el miércoles, I think) al día antes de que acabe. De momento estoy con la novena, y tengo que decir que no me está pareciendo ni mucho menos tan mala como esperaba.

2 comentarios:

Unknown dijo...

The Carrie Diaries también es una de las series que mas esperaba de esta temporada, porque soy muy fan de sex and the city y la idea de seguir con una historia de Carrie (aunque sea previa) me llamaba mucho. Lo que me hacia hasta atras era la cadena, no soy nada fan de la CW ni de sus dramones teen y su series de plastico mo bien dices. Al final me ganó la curiosidad y la verdad es que me está gustando mucho, aunque a diferencia de ti, me gusta mucho mas cuando solo trata sobre Carrie y mas cuando esta en Manhattan, las historias de sus amigas no me gustaban mucho y hasta solia saltarlas, pero cada vez me fui metiendo mas y ahora hasta me caen bien. Esperemos a ver que pasa con la serie porque siendo honesto no puedo esperar a ver como integran a Charlotte, Miranda y Samantha (suponiendo que la serie llegue a varias temporadas).

BabyCatFace dijo...

@Omar, SATC sigue estando entre mis grandes pendientes, a ver si algún día la empiezo. Igual por eso lo que menos me llama de ella es la parte de NY, aunque ya digo que tampoco lo veo malo ni nada. Lo mejor, eso sí, mantengo que es el desarrollo de los personajes de las chicas.
A mí me encantaría que la serie pudiera llegar a varias temporadas, aunque lo tiene bastante difícil (mucha suerte tiene que tener para conseguir una segunda temporada). Pero bueno, crucemos los dedos.