15. Skins
Tenía muchísimas ganas de conocer a la nueva generación, y no me decepcionó para nada. Es diferente, sí, igual que veo que la serie ha dado una visión un poco diferente a otras veces (puede que sean solo cosas mías, pero me dio la sensación de que este año se centraron más en el individuo que en el grupo; en mostrarnos a cada uno por su cuenta, con sus problemas, más que en la piña indivisible que forman), lo que no es en absoluto algo malo. Mención especial para Mini, que me ha enamorado total y absolutamente.
14. Sirens
La serie de Channel 4 sobre un grupo de paramédicos (a cual más entrañable, por cierto) me sorprendió muy gratamente. Me lo pasé pipa con ellos, adoré a Stuart (porque I like films with subtitles cause I'm too lazy to listen) y me dio muchísima pena que no la renovaran. Los echaré mucho de menos.
13. United States of Tara
Y siguiendo con cancelaciones dolorosas, no me puedo olvidar de mi querida Tara, que nos dio su temporada más compleja y más redonda. Una pena despedirse de ella (y me gustaría echarle la culpa a Showtime, pero las cosas como son, con las audiencias que hacía, era comprensible. Claro que lo que no era comprensible eran sus audiencias), aunque al menos se fue por la puerta grande.
12. Downton Abbey
La segunda temporada de este culebrón tan bien hecho me fue gustando a cada capítulo más, aunque me decepcionó un poquito en su final de temporada (que no pasa nada, porque luego nos regalaron un especial de Navidad que fue mejor incluso que toda la temporada al completo). Como única queja: necesito menos Anna y Bates en mi pantalla. Y más Thomas (y si le dejan ser feliz, mejor).
11. Friday Night Lights
Este año nos despedimos de Dillon, con lágrimas en los ojos y con una sonrisa. Porque son como de la familia, y porque nos han dado cuatro grandes temporadas (no me cansaré de decirlo, para mí la serie tiene cuatro temporadas. La que falta no existe, fueron imaginaciones nuestras)... Clear eyes, full hearts, can't lose!
10. Game of Thrones
La primera temporada de la adaptación de los libros de tito Martin tenía que estar sí o sí en esta lista, con los geniales momentos y los estupendos personajes (y mejores interpretaciones) que nos ha dado. Quizá sorprende que no esté más arriba, pero tengo que admitir que vista en conjunto, creo que a la temporada le costó un poco arrancar, y flojeó en sus primeros episodios. Aun así, gran temporada.
9. Community
Los chicos de Greendale se cuelan, como no podía ser de otra manera, en la lista gracias a maravillas como Remedial Chaos Theory (que no ha sido la única, claro está, pero por poner un ejemplo). No es una serie perfecta, básicamente porque lo suyo es probar cosas nuevas, experimentar y ver qué sale, y a veces funciona y a veces no. Pero porque cuando funciona (que para mí es la mayoría de las veces, que quede claro) lo hace a lo grande, ni de coña podría olvidarla. A ver si no se olvidan de ella los señores de la NBC... Six seasons and a movie!
8. Treme
Por hacernos sufrir, reír, emocionarnos y, en definitiva, vivir de la mano de sus personajes las calles de Nueva Orleans, la segunda temporada de Treme (y la serie en sí) se merece estar en esta lista. Y en muchas más. Porque no se merece estar tan olvidada como muchas veces está.
7. Boss
De mis estrenos favoritos del año (en drama, mi estreno favorito. Con permiso de Emanda y Queen Victoria, que ellas saben que las aprecio mucho también), la serie de Starz nos ha dado a Tom Kane, uno de los personajes más fascinantes y retorcidos de la televisión. Visualmente es una pasada y, si entras en ella (que admito que no es para todo el mundo. Y no, no tiene nada que ver con tener o no criterio, ni ver o no televisión de calidad. Si no entras, no entras, y se te puede hacer muy cuesta arriba), te atrapa y no te suelta. Mención especial a Stasis, su séptimo episodio, que para mí entra en la lista de los mejores episodios del año (y de los últimos años también).
6. The Good Wife
Si ya su primera temporada fue muy buena, en la segunda temporada fue creciendo y creciendo y creciendo, sin bajar el nivel en ningún momento, y dándonos grandes momentos de la mano de esa diosa llamada Alicia Florrick y todos los geniales personajes que la rodean. La tercera temporada, de momento, no ha empezado mal. Y apunta maneras. Así que no sería nada raro que volviera a aparecer por aquí el año que viene.
5. Parks and Recreation
Conocí tarde a Leslie Knope y me vi las dos primeras temporadas (y parte de la tercera) del tirón. Cada vez me fue gustando más. Pero es que, desde que la llevo al día, es una de mis imprescindibles cada semana. Por personajes como Leslie, Ron Swanson, April o Ben, y por ser tan divertida y al mismo tiempo tan entrañable, la serie de la NBC no podía faltar en mi lista.
4. Wilfred
Para mí, fue la serie del verano. Genial en absolutamente todo, bruta como ella sola, rara rarísima, y con ese extraño dúo que forman Ryan y Wilfred (desde ya lo digo: quiero un Wilfred en cada serie), no solo se ha colado en la lista (y tan arriba), sino que poco le ha faltado para seguir subiendo puestos.
3. Breaking Bad
Justo me puse al día con la serie para poder ir viendo la cuarta temporada a ritmo de emisión. Y me alegro, porque me ha encantado ir viéndola semana a semana, poquito a poco y con tiempo de darle vueltas a cada episodio. Impresionante temporada, que continúa (o completa) la evolución de Walter White y su camino hacia el lado oscuro, con momentos totalmente sobrecogedores. Y digo de Walter, pero que quede claro que muchos personajes de esta serie (Jesse, Skyler, Hank, Gus...) merecerían su propia mención.
2. Southland
Otra de las grandes olvidadas, la tercera temporada de esta serie, aparte de un milagro (recordemos que fue cancelada por la NBC después de su segunda temporada, para después ser rescatada por TNT), es una temporada durísima (sin tener que pensar mucho, me vienen a la cabeza tres escenas que me dejaron (y me dejan) con un nudo en la garganta), sobrecogedora y, para mí, inolvidable. Lo que hace esta serie con sus personajes, haciéndoles tocar fondo para a continuación abrir una trampilla y seguir dejándoles caer, y haciéndonos sufrir a nosotros con ellos (no sé ni la de veces que dije "pobre Sammy" y "pobre Cooper" a lo largo de la temporada), no es nada fácil, pero aquí les sale a la perfección. Resultado: de las que llevo al día es probablemente la serie con la que más he conectado emocionalmente este año. Y por eso merece estar tan arriba en mi lista.
1. Boardwalk Empire
Si bien la primera temporada de esta serie de la HBO era un envoltorio muy bonito, había algo que le faltaba. Estuvo bien, sí, pero le faltaba ese algo, y el resultado fue un poco vacío. Sin embargo, con su segunda temporada lo ha encontrado por fin, y ha aprovechado todo el potencial que tenía. Una temporada estupenda, con grandes momentos y grandes arcos, y capítulos de levantarse y aplaudir (destaco el final de temporada, pero también Two Boats and a Lifeguard, el octavo episodio). Y grandes personajes, claro. Porque Nucky, Margaret, Jimmy y Chalky, por ejemplo, merecen mención aparte, y si me pusiera a escribir sobre cada uno de ellos, no acabaría nunca.
En fin, así queda mi lista. Y me duele dejarme alguna por el camino (se me ocurren Doctor Who, The Hour, Big Love, Bored to Death, American Horror Story, Homeland y hasta Hung si me apuras), pero las que están necesitaban estar.
¡Saludos!
PD: Los que me sigáis por twitter ya lo sabréis, pero últimamente vivo obsesionada con The Wire. He tardado en ponerme con ella (mi culpa, lo sé, totalmente imperdonable), pero por fin le he dado una oportunidad y vaya si me alegro. Qué genial que me está pareciendo.