3 abr 2010

Mi problema con Gossip Girl


Lo admito, soy una de esas personas que se engancharon sin remedio a la primera temporada de Gossip Girl.
Me encantaban los tejemanejes que se traían, las intrigas que se montaban. Y me encantaba Blair. Y me encantaba Chuck.

Además, a ratos tenían a Michelle Trachtenberg (desde la séptima temporada de Buffy estoy perdidamente enamorada de ella) como la genial Georgina Sparks.

Toda la temporada completa fue un WTF continuo y fascinante, pero que se sostenía perfectamente, pues era coherente consigo misma. Y el final a mí al menos no me decepcionó: la escena entre Blair y Georgina, las bitches oficiales de la serie, fue simplemente genial.

Pero entonces llegó la segunda temporada y los guionistas se empezaron a quedar sin ideas. Todas las tramas de la segunda temporada consistieron más bien en estirar lo que había ido ocurriendo en la primera.
Pero no fue lo único. Todo el mundo sabe que cuando los guionistas se quedan sin ideas, una de las primeras soluciones es poner a los personajes a dar tumbos de un lado a otro, a ver si así encontramos una solución. Así fue como Jenny no ha hecho otra cosa que ir de niña buena a niña mala y vuelta a empezar una y otra vez.

Y después de la segunda vino la tercera. Si la segunda ya fue un despropósito, la tercera está siendo peor incluso. Admito que una de las razones por las que la empecé fue que en los primeros capítulos salía Michelle Trachtenberg. Después, la he ido siguiendo casi por inercia, porque perder cuarenta minutos siempre será mejor que dedicarlos a hacer algo útil. Pero mucho tienen que cambiar las cosas para que caiga otra vez y empiece con la próxima.

Porque va ya buena parte de esta temporada y siento como que no he estado viendo nada. No hay tramas, no hay argumento, no hay desarrollo. Y lo peor es que, lo que ha cambiado, lo ha hecho para mal. Blair se ha quedado solo con la parte infantil de su carácter y ha perdido la mala leche que tanto me gustaba al principio. A Chuck le han puesto un chip y directamente se parece al Chuck del principio en el aspecto nada más. Nate lleva tres temporadas de personaje principal y aún no soy capaz de recordar un momento en toda la serie en el que haya tenido una trama relativamente decente. Vanessa, que debería haber estado este año mucho menos fuera de lugar, sigue sobrando tanto como antes. Y Dan... Dan es otro que tal baila.

Si digo que lo más pasable de esta temporada está siendo Serena, lo digo todo. Porque no, no me gustaba la Serena del principio y no me gusta la de ahora. Pero al menos se mantiene relativamente constante.

¡Saludos!

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