11 nov 2009

Aunque ya esté todo dicho

Ayer, cuando volvía de la universidad, vine escuchando una entrevista a Robe Iniesta de Extremoduro. Y, si bien suelo autoconvencerme de que soy la mar de tolerante y apañada, tengo que reconocer que me pasé todo el rato (una media hora más o menos; no pillé la entrevista entera) pensando cómo podía alguien decir algunas cosas, seguir con la pose y quedarse tan tranquilo. Que por qué no se callaba. Que para esto, desde luego que hay gente que no se merece que le pongan un micrófono delante.

En concreto, me tocaron bastante las narices algunos comentarios sobre el tema de la SGAE; por lo visto, Ramoncín ya ha encontrado a un digno sucesor. Y es que no entiendo cómo alguien puede tener aún la poca vista para seguir diciendo que Internet (y nosotros, oh, malos, malísimos internautas) está acabando con la música. Claro que sí, todos sabemos que Internet es el diablo... Y no entiendo si es que no ven o que simplemente hacen como que no ven. Internet no acabará con la música. Internet puede hacer daño a la industria discográfica, sí, pero que yo sepa la industria discográfica no es la música. Y si saben renovarse, ni siquiera eso. Todo es cuestión de adaptarse a nuevos formatos, de ver claro cuál es tu target y no querer abarcar más de lo que puedes y te corresponde (ya se sabe, si quieres abarcar más, quizá lo que debas hacer sea innovar un poquito), a buscar nuevas formas de rentabilizar. Pero eso no es tan cómodo como seguir viviendo de una forma de negocio que hace aguas por todas partes. Y, si bien la lógica nos dice que renovarse o morir, ahí tenemos a algunos personajillos (todos sabemos cuáles) pataleando y organizando chanchullos y surrealismos varios para parecer las víctimas de un crimen que no es tal. Y así va el mundo.

Hace mucho tiempo que no soy capaz de ver este tema de otra manera. Pero ayer, cuando este hombre abría la boca para decir cualquier cosa, desaparecieron de golpe todas las dudas que podía tener. Y es que, si alguien suelta perlas como "Seguid así, vosotros seguid con vuestras descargas, y veréis que al final ya no quedan músicos, que los únicos que quedan son los que ya eran ricos antes" (no es literal, por si acaso, pero la idea sí que era esa), para después argumentarlos con otras como "Buenoooooo, ehhhh, no sé" (esa sí que es literal, por si acaso), pues qué queréis que piense.

A mí esto no me suena a "pobrecitos los músicos, que no pueden salir adelante", sino a "pobrecitos los músicos que quieren vivir de las rentas y no pueden" (en este caso, aunque sigo pensando que las principales perjudicadas son las discográficas). Más claro, agua.

Yo pienso que no se trata de elegir un extremo u otro, sino más bien de pensar un poco. Estoy de acuerdo con que los músicos puedan vivir de lo suyo, de componer, de hacer conciertos. Al fin y al cabo, es una profesión como cualquier otra. Con lo que no estoy de acuerdo es con el modelo de negocio actual que nos imponen las discográficas y al que no nos queda otra que atenernos o ser llamados ladrones. Y lo triste es que la alternativa existe, pero parece que está un poco como escondida. Quizá no convenga, claro está. Qua hasta ahora los hay que han vivido muy bien.

En fin, pues nada, así nos va. Pero es que quejarse y patalear es muy bonito. Y si encima te ríen las gracias, pues mucho mejor.

¡Saludos!

1 comentarios:

Álvaro dijo...

Muy interesante tu articulo. Una cosa tiene que quedar clara, y es que los músicos, dónde más dinero ganan es en sus giras, ya que la mayor parte de las ganancias recaudadas por los discos vendidos se las lleva la discográfica.

Yo soy coleccionista de discos/vinilos y conmigo no se pueden quejar (tengo el cuarto que parece una tienda, y no sólo de música), y aún así, me descargo discos y más discos, ¿por qué?, pues muy sencillo, me encanta el rock/heavy, y no tengo más remedio que usar internet para poder degustar dicha música, ya que en televisión y radio no hechan música así. Cuando salen nuevos discos, me los descargo, y si me gustan, me los compro, así de simple. Lo que no voy hacer es comprarme un disco sin saber cómo es, que los discos hoy día cuestan casi veinte euros ¡por Dios!.

Y gracias a estas descargas que hago, he conocido a muchos grupos, me he comprado sus discos y he asistido a sus conciertos. Y todo ello gracias a Internet.

Un saludo.
Álvaro R.
www.invernalia.com