27 sept 2007

Elegía a Ramón Sijé

Tenía ganas de poner este poema de Miguel Hernández (el hombre que, según mi madre, se pasaba la vida muriendo xDD) desde hace tiempo... pero con eso de que ocupa mucho, he ido dejándolo. No sé qué es exactamente lo que me gusta de estas letras, pero lo cierto es que es de esos pocos comentarios de texto que he disfrutado como una enana. Así que, por fin, y a pesar de todo, lo pongo... una tarea pendiente menos ^o^.

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha
muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien
tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracoles

Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.


Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas...
de almendro de nata te requiero,:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

PD: Tengo que decir que a los de mi clase les gusta aplaudir más que a un tonto un "lápiz".
PD2: De momento, lo de "lápiz" solo lo pillamos tres personas (creo), y sí, tiene su gracia. Os dejaré con la intriga, al menos hasta que pase a limpio (o haga oficialmente públicas) las frases que he empezado a recopilar este curso (sí, vuelvo a las andadas, ¿qué pasa? :P).

¡Saludos!

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